El pasado mes de noviembre fue el lanzamiento de “Hijas del agua”, el libro que nació de la colaboración entre la artista plástica Ana González Rojas, quien actualmente colabora en proyectos de la Fundación Caona, y el fotógrafo Ruven Afanador. En un conversatorio moderado por el escritor Héctor Abad Faciolince, los artistas compartieron sus experiencias más profundas y aprendizajes resultado de un trabajo desarrollado a lo largo de tres años que concluyó en esta obra editorial que es una rica conversación entre la imagen, la palabra y la historia. Este libro, que es el final materializado de una expedición a través de 26 comunidades indígenas de Colombia, es una publicación de Ediciones Gamma que fue posible con el apoyo del Grupo Bolívar y contará con una exposición a partir de febrero en el Museo Nacional.
Sobre el libro, Ruven y Ana han dicho que este fue inspirado en un viaje que ambos emprendieron a la Serranía del Chiribiquete, donde se conocieron, y desde sus perspectivas artísticas coincidieron en que era necesario encontrar otras formas de contarle al mundo la belleza que se encuentra escondida entre paisajes y comunidades étnicas que encierran de manera tan poética esa otra Colombia que muchos desconocen. Así, decidieron iniciar una aventura que, entre ires y venires, les permitió adentrarse hasta el corazón de esa naturaleza y orígenes ocultos, esos hilos de la historia que construyen la Colombia secreta que ha estado privada de los ojos de muchos a causa de décadas de conflicto armado.
Según Ana González, “Hijas del agua” honra con su nombre al agua, la madre de todo. Pueblos indígenas que habitan en colombia como los Arhuacos, Misak, Guandule y Wayuu, coinciden en contemplar el agua como el elemento vital que dio origen al mundo y el reflejo de la energía vital para la humanidad. En suma, el agua es el gran todo, el origen de la vida.
Este grandioso libro es una composición de fotografías de personajes tan humanos como místicos, encontrados por Ana y Ruven en las distintas comunidades indígenas del país que visitaron durante sus numerosos viajes al corazón de la selva colombiana. Indígenas ticunas, huitotos, yaguas, yucunas, misak, emberas y otros, fueron capturados en fotografías logradas por el lente de Ruven y finalizadas en el taller de Ana donde ella realizó una serie de intervenciones. Dibujos, líneas y trazos surgieron sobre las fotografías a partir de las poderosas historias que estas le contaban a Ana, quien asegura que este trabajo era “sentir que estás invadiendo algo que ya es poderoso”.
Esa inspiración para trabajar sobre las fotografías llegó a Ana una vez quiso invocar el trabajo manual, la sabiduría ancestral de las comunidades indígenas que tienen la capacidad de crear objetos de gran valor estético y utilitario con sus manos. Así, la artista creó velos, capas y trazos sobre la realidad que retrató Ruven Afanador, y con bordados, tintilla, porcelana y otros materiales utilizados sobre las fotografías logró construir una narrativa a partir de su manera de leer el sentir y pensar el mundo de cada una de las comunidades.
“Hijas del agua”, considerado por algunos el libro del año 2020, es un homenaje a nuestros orígenes míticos y al valor ancestral que encierran esos territorios inhóspitos de selvas agrestes, poderosos ríos y fertilidad exuberante que recubre la geografía inexplorada colombiana. Esta obra, es también un testimonio de cómo la naturaleza misma es el resguardo sagrado de mujeres, hombres, niñas y niños que no solamente llevan consigo un conocimiento invaluable que hace parte de nuestro patrimonio cultural, sino que son los guardianes de una historia milenaria de resiliencia frente al olvido que nos invita a reflexionar acerca del valor real de esa Colombia soñada e idealizada por muchos, pero vivida y amada por unos pocos.
Caona Arte, Arte Caona, Arte, Artesanía Caona, tradición Caona